La TDT provocará cambios inevitables

La televisión digital terrestre tendrá su máximo protagonismo en España el próximo 3 de abril de 2010. La fecha, más cercana de lo que algunos piensan, marcará un antes y un después en la historia de los medios de comunicación en el país. La oferta de canales recibidos por las ondas hertzianas se multiplicará hasta por seis en algunos casos, llegando a tener por ejemplo en ciudades como Barcelona, unos 55 diales. Todos los canales necesitarán de los ingresos de publicidad para subsistir. Esta situación con el modelo mediático actual es difícil de sostener, y por lo tanto conllevará importantes cambios en diversos frentes: en los modelos de gestión de los canales, habrá concentración de operadores, cambios en la legislación, introducción de nueva tecnología y una posible reordenación del espectro (imprescindible para poder introducir la alta definición (HD) con el sistema actual MPEG-2, para saber más leer 'España no tendrá HD en la TDT por las prisas').

El papel del Gobierno en estos cambios y su desarrollo es fundamental. El éxito depende en gran medida por su acción y puesta en marcha de nuevos y ambiciosos planes. Es cierto que los actuales planes desarrollados por el Ministerio de Industria se encuentran estructurados, y su implantación se establece por etapas y en localidades por número de habitante. Pero estos planes no gozan de la confianza ni de los expertos ni de líderes del sector, como así lo han manifestado recientemente, José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta (Antena 3) y Jaime Roures, presidente de Mediapro (laSexta).

Otros problemas que vendrán más tarde tendrán una dimensión diferente. Mantener en el aire a más de 50 canales conllevará a una transformación a todos los niveles. Desde el modelo de gestión por parte de las cadenas más importantes hasta los ingresos por publicidad, pasando por la búsqueda de nuevas formas de facturación. Los operadores lucharán con todas sus armas por hacerse un hueco y ganarse el trozo del pastel que de por sí es muy jugoso pero muy compartido. Con el tiempo habrá analogías con el sector bancario, la concentración de los operadores y sus sucesivas fusiones han hecho fuertes competidores pero han disminuido la calidad de la banca personal y han aplicado unas indiscriminadas e injustificadas comisiones. En la televisión de España del futuro ocurrirá algo similar: ante la la sobreoferta varios operadores se fusionarán, otros ofrecerán contenidos de relleno, algunos tirarán la toalla y venderán sus frecuencias, otros directamente emitirán la carta de ajuste o harán simulcast, y otros se buscarán al espectador/a ‘a cualquier precio’.

Como en toda competición hay reglas pero curiosamente en esta carrera las normas pueden cambiar. Joan Clos, ministro de Industria, Turismo y Comercio ha declarado en varias ocasiones que podría cambiar la ley para permitir un modelo de televisión ‘diferente’ al actual. Reconoce que hay un interés de varios operadores en permitir que en la TDT exista la modalidad de pago por visión, no a canales completos sino a eventos o contenidos concretos. Clos manifiesta que aún no ha recibido una propuesta formal pero que si así ocurre, el Gobierno la tantearía. Este cambio conllevaría una modificación en la legislación. La ley 10/1988 permitió la aparición de la televisión privada en España y el Gobierno la modificó con la ley 10/2005 que autorizó la existencia de un sexto canal. Dicho cambio se realizó con quejas del sector pero permitió para el público general una mayor pluralidad. Bajo esta misma situación podrían llegar nuevos cambios en la legislación que harían cambiar de nuevo la situación legal del sector. Tales modificaciones permitiría el pago por visión en TDT, la fusión de varios canales e incluso, aquí está lo más jugoso de todo, anular la condición de que la misma empresa no pueda estar presente en dos o más operadores privados al mismo tiempo. Si esto se hiciera posible, ciertas personas lo verían muy interesante, sobre todo bancos, financieras, eléctricas y compañías cercanas a algún grupo político o influenciables. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio no se ha mostrado muy de acuerdo en variar esta última opción de la ley. Pero cosas más extrañas se han visto.

La TDT es un cambio en la Televisión (como industria) que cambiará nuestros hábitos de ver la televisión (como electrodoméstico) y sobre todo de entender la tele (como entretenimiento). Pero quizás el cambio no está sólo en los espectadores sino en el mismo sector, que no desea invertir más para ‘que les sigan viendo las piedras’, pero no son conscientes de lo que se les avecina. Es necesario que se preparen para poder sobrevivir. La TDT conllevará cambios profundos e inevitables.

1 comentario:

Vanessa Del Cristo dijo...

Tienes que escribir más, que lo haces muy bien ;)